
Conservan y hacen crecer el sentido de responsabilidad en ayudar a sus prójimos.
Saben prever. También actúan para resolver los problemas conforme se les vayan presentando. Aceptan y desean responsabilidades.
Conservan y hacen crecer el sentido de responsabilidad en ayudar a sus prójimos.
Saben prever. También actúan para resolver los problemas conforme se les vayan presentando. Aceptan y desean responsabilidades.
Poner buena cara cuando el “horno no está para bollos”, requiere de una actitud sencilla, porque al mal tiempo, darle buena cara.
Someter a un juicio riguroso la parte del trabajo que especialmente se nos dificulta. Y decidir: ¿Puede eliminarse esta parte? ¿Puede mejorarse? ¿Puede delegarse?
Es muy triste ver a personas que han tenido muchas oportunidades –buen ejemplo en su familia, acceso a una educación cuidada en todos los niveles, buenas relaciones sociales, buen trabajo, buen matrimonio- y terminan abandonando todo eso influidos por malas compañías que les inducen a las drogas o a otros vicios que les atrapan.
No hay recetas iguales para todos, pero, algo hay en común que nos puede servir a todos ¡La transformación interior! Es, en definitiva, el alfa y la omega de las enseñanzas de Jesús. Metanoete, esa palabra griega del Evangelio, no es solo “Haced penitencia” sino “Transformaos”.