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Desde el futuro 2>

Anunciación.- Después de todo, la abuela tenía razón. Ahora que ya está muerta y bien muerta, no puedes evitar que vengan a la mente los latigazos de sabiduría que a manera de refranes te previnieron de muchas de las idioteces que has hecho -que hemos hecho- y de las que estás, y estamos, por hacer.  

Es una forma alternativa de ver a tu abuela, más allá del chocolate con leche, de los mimos antes de dormir, del molito que le salía de rechupete, del pan recién horneado, de los huevitos motuleños, de la mano tibia que era tan natural compañía durante tu infancia.

 

Quizá en realidad las abuelas son aves de agüero, buen agüero, hechiceras del bien, que se presentan en tu vida para conjurar lo que la vida te da a palos, lo que a veces tus padres por negligencia, ignorancia, o simplemente por mala sangre, te sambutieron por los ojos y por el hocico en una infancia feroz e infernal. Hechiceras del bien, las abuelas, para enseñarte que no importa cuánto se ensañe la vida contigo, siempre hay un sitio donde guarecerse, así tan seguro y calientito como el regazo de la abuela.

 

La abuela ya murió y está bien muerta. Pero también existió en tu infancia para mandarte ese mensaje desde el futuro. Sí, leíste bien, no del pasado, de sus historias, anécdotas y formas rancias y antiguas. Sino en una suerte de emisario del porvenir -como el doctor Emmett Brown y Marty McFly-, que con acertijos te dio sin que te enteraras mucho, la clave para que la riegues un poco menos, para que te aproximes un poco más al sueño, a lo que de niño creíste que podías ser, para que seas fiel, -si ya no a un hombre o a una mujer, a una religión,– al menos a ti mismo, a tus escrúpulos, a tu ser.

 

“La letra con sangre entra”. Pero no como lo malinterpretamos con las limitaciones a nuestra imaginación y cultura y pensando absurdamente que se refería la abuela a bofetadas, reglazos, varazos en las corvas. Ni yendo ahora a extremo a contrarrestar nuestro equivocado entendimiento que intenta justificar todos los errores de desempeño, los abusos de la conducta sin límites, demostrando nuestra ignorancia al verbalizar que amor es dar trofeos por participar aunque no ganes, ser amigo de los hijos, jamás exigirles disciplina, rigor técnico, responsabilidad de sus actos y cara para las consecuencias.

De eso hablaba la abuela muerta, de asumir con pundonor la responsabilidad de prepararte, con esfuerzos y sacrificios para saber más y tener al menos la aptitud de digerir la vida, fundar un núcleo familiar, no regalar por crédulo tu voto, ni tu inocencia, ni tu firma como fiador.

 

Sí, hubiera dicho tu abuela muerta, que precisamente lo más feo es lo que más trabajo da, porque es lo que forma, lo que te da la espina dorsal necesaria para construir un país distinto, para pelear por lo justo, defender tu derecho a desarrollarte y ser feliz.

 

“Donde hay confianza da asco”, pero para mantener la dignidad, el decoro y el respeto a pesar de sentirte del barrio, o de la casa o la pandilla, a pesar de la privacidad de un chat, del efímero poder que te da ser jefe de un muchacho, de una mujer, a pesar de poder reprobar a tu alumno, a pesar de ser tú quien mantienes a tu esposa, o a tu hija, o a tu padre.

 

“Candil de la calle oscuridad de tu casa”, en un sentido mucho más íntimo y menos publicitario, que excluye los memes de felicidad, los absurdos decretos pedestres y la presunción de qué tan feliz e íntegro eres en la intimidad del Facebook. Como una premisa de congruencia que siempre funciona, que nunca falla.

 

“En casa del herrero azadón de palo”, te hubiese dicho tu abuela cuando pareces tan “girito” y profesional dando consejos y oficiando de profesionista, pero no tienes la mínima decencia de predicar con el ejemplo en tu casa para compartir el lavado y el planchado con tu esposa, cuando hablas de igualdad pero eres un descastado que explota a su mujer en labores no remuneradas que debiesen ser una responsabilidad colectiva.

 

“El que duerme con niños amanece mojado”, y sigues sin tener la asertividad mínima e indispensable de elegir a tus socios, la empresa en la que trabajas, tus amigos, parejas o partidos políticos que determinan tu verdadera forma de ser. “Dime con quién andas y te diré quién eres”

 

“No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”, ¿quieres? Considera a los demás si quieres ser considerado. Piensa en que muchos viven, se benefician o lamentan tus actos. El ego que te aparta, te vuelve arisco y extremadamente aislado. Las amistades electrónicas desde la comodidad de tu móvil, encerradas en la frase cliché, perdidas en el abismo de tu soledad.

La abuela muerta, muy muerta lo dijo, y bien claro. Con toda seguridad, como un presagio de lo que hoy eres y lo que acabarás siendo. Pero bueno, no todos recordamos a las abuelas muertas ni a los Marty McFly que la vida a veces nos regala.

 

Twitter: @avillalva_

Facebook: Alfonso Villalva

Una Cuna para el corazón Vida y Familia México IAP 2>

Anunciación.- El proceso de ser madre es una experiencia que más enseña de humildad. En una palabra, la maternidad es un acto de entrega, más cuando durante esa dulce espera, la futura madre se encuentra sola con su hijo, sin su pareja o su familia. 

Cientos de mujeres viven su embarazo en circunstancias de total abandono e incluso sufren violencia y discriminación; estar embarazada no debiera ser un motivo para el señalamiento o la exclusión, cada recién nacido nace con los puños cerrados, como sujetando las emociones que le acompañarán por el resto de su vida, por eso, su nacimiento debe estar rodeado de amor, comprensión y una cálida cuna donde soñar en paz consigo mismo.

Así lo imaginó María Guadalupe Mariscal, fundadora de Vida y Familia México, Institución de Asistencia Privada constituida ante la JAPEM. En Vida y Familia se ofrece un hogar para las futuras mamás que por diversas circunstancias viven su embarazo en total abandono.

En Vida y Familia una de las prioridades es que las mujeres reciban cuidados de calidad antes, durante y después del embarazo, lo cual ayuda a disminuir complicaciones  para la mamá, pero también permite el sano desarrollo del bebé, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los más de 135 millones de partos que se producen cada año, 20 millones presentan complicaciones posteriores como fiebre, anemia, fístulas, incontinencia, esterilidad y demás, y cada día, en el mundo, mueren más de 800 mujeres por complicaciones con su embarazo y el parto.

Con la esperanza puesta en las nuevas vidas que están por venir, durante 2017 durante 2017, en Vida y Familia se atendieron 3 mil 202 mujeres embarazadas (674 más que en 2016), quienes recibieron alojamiento, alimentación, atención médica y psicológica, así como cursos y talleres certificados que les han permitido prepararse para tener la opción de acceder a empleos mejor remunerados.

Actualmente la institución tiene presencia en 24 casas hogar y 13 oficinas de atención en 13 estados de la República Mexicana, la Ciudad de México y Brownsville, Texas en los EE.UU.

Gracias al apoyo que reciben las futuras mamás, ellas descubren un nuevo destino para ellas y sus hijos; recuperan su fe en la vida y son más conscientes de las miles de grandes y pequeñas decisiones que deber de tomar para el bienestar de ellas y sus hijos; esto les permite reconstruir una nueva vida, reintegrarse a la sociedad como mujeres productivas que contribuirán a educar a un mexicano más, valioso y único, cuyo destino será más prometedor y positivo.

Museo Casa de la Bola 2>

Anunciación.- Escondido en la Avenida Parque Lira diferenciándose por un zaguán alto de madera alusivo al siglo XIX, se encuentra el Museo Casa de la Bola, situado en lo que fuera la antigua Villa de San José de Tacubaya, y durante el Virreinato una finca campestre dónde se producía aceite de oliva y pulque.

A través de los siglos cambió de propietario en diversas ocasiones y tuvo varios usos, el primero de ellos fue Francisco Bazán de Albornoz, quién en 1616 desempeñó el cargo de Inquisidor del Santo Oficio.

Entre los últimos dueños destaca el erudito y político José Gómez de la Cortina, quien le vendió la mayor parte del inmueble a José María Rincón Gallardo, marqués de Guadalupe. Entre los visitantes ilustres que se hospedaron en la mansión se recuerda a la Güera Rodríguez, al autor de Don Juan Tenorio, José Zorrilla, y a la marquesa Calderón de la Barca, quién dejó en sus memorables cartas interesantes comentarios acerca de Tacubaya.

Por las dimensiones y características del lugar, pertenecía a la categoría de casas de campo conocidas como “casas de placer”.
A principios del siglo XX el Arquitecto Manuel Cortina remodeló la casa a un estilo neocolonial, y para 1942 Antonio Haghenbeck adquirió la propiedad. Antonio fue adecuando el inmueble a su gusto y necesidades, incluso con el material de demolición de casa de sus padres de Avenida Juárez, convirtiéndola en su nuevo hogar con decoraciones, muebles, tapices, cortinajes, espejos, candiles, habitaciones y obras de arte con procedencia de distintas latitudes del mundo; convirtiéndola en una mansión de la alta burguesía y aristocracia de finales del siglo XIX de nuestro país con un estilo ecléctico.

La Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama IAP fundada en 1991, surge a partir del sentido altruista que Don Antonio mostró a lo largo de su vida; dejando sus casas como museos para compartir y ayudar a la sociedad civil, como niños huérfanos, ancianos y la protección de la fauna silvestre y doméstica del país; de esta manera ayudando a varias causas, protegiendo y apoyando a las personas en situación vulnerable.

Los museos: Museo Casa de la Bola (CDMX), la Hacienda de Santa Mónica (Edo. Mex) y la Hacienda San Cristóbal Polaxtla (Puebla), albergan las colecciones de arte decorativo ecléctico más importante de América Latina, y la fundacióndifunde las colecciones de las tres casas. En la parte social brinda actividades culturales los fines de semana, actividades educativas de distintas temáticas programadas mensualmente para cualquier público interesado y talleres de artes y oficios a muy bajo costo.

El museo casa de la bola se puede recorrer con visita guiada los domingos por un costo de $20, permitiéndote ingresar a la intimidad de un personaje de gustos y valores nobles, pero de una clase alta, que nos heredó una ostentosa casa que nos recuerda a los palacios europeos con bibliotecas, habitaciones lujosas y salas de estar con vestigios antiguos de siglos pasados.

Para mayores informes visita:
Facebook: Museos Haghenbeck
Twitter: @MHaghenbeck
Instagram: @museoshaghenbeck

2018, año crucial para los migrantes 2>

Anunciación.- En este nuevo año, los países miembros de la ONU firmarán un Pacto Mundial para buscar una migración segura, ordenada y regular. Pero, ¿bastará ese acuerdo para que surja una visión positiva hacia los migrantes por parte de las personas y los gobiernos? 

1. Antecedentes. En la Cumbre de la Naciones Unidas celebrada el 19 de septiembre de 2016, los estados miembros acogieron la Declaración de Nueva York (13 sept. 2016), que expresa el deseo tanto de “salvar vidas y proteger derechos” de los migrantes, como de “compartir la responsabilidad a escala mundial”.
Después, el 4 de diciembre de 2017, se celebró en Puerto Vallarta (México) la reunión preparatoria de la Conferencia Intergubernamental, para preparar el documento definitivo que se firmará a finales de este 2018.

2. Necesidad de un pacto mundial. En Puerto Vallarta, la Representante del Secretariado para la Migración Internacional, Louise Arbour, afirmó que ningún país puede enfrentar el fenómeno migratorio por sí mismo.
Arbour explicó que la única manera de abordar el reto del siglo XXI sobre la migración masiva es mediante una respuesta coherente por la comunidad internacional, porque “el movimiento de las personas a través de fronteras es, por definición, una realidad internacional”.

3. Hacia una nueva visión sobre los migrantes. La Representante destacó que el Pacto Mundial para la Migración es una oportunidad para “reorientar la narrativa – a menudo tóxica- contra las personas migrantes” hacia una “narrativa más precisa” que reconozca el apoyo que representan las personas que llegan a otros países.
De modo convergente, el Papa Francisco, en su mensaje para la 51ª Jornada Mundial de la Paz 2018, también pidió una nueva manera de considerar a las migraciones globales, para que ya no se consideren como una amenaza, sino que sean contempladas “con una mirada llena de confianza, como una oportunidad para construir un futuro de paz”.

4. Descubrir la grandeza de los migrantes. Esta nueva mirada hacia los migrantes y refugiados, según el Pontífice, “sabe descubrir que no llegan con las manos vacías” porque ellos traen consigo “la riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y por supuesto los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así la vida de las naciones que los acogen”.
Ese nuevo paradigma hacia los migrantes sabe también descubrir “la creatividad, la tenacidad y el espíritu de sacrificio” de incontables personas, familias y comunidades que reciben a los migrantes y refugiados, “incluso cuando los recursos no son abundantes”, añadió el Papa.

Epílogo. Los fenómenos migratorios están muy lejos de detenerse, porque las diferencias económicas y la falta de paz que los producen seguirán presentes. Para resolver con eficacia los problemas que conlleva la migración, hace falta tanto la acción internacional como la ayuda de los particulares; pero ante todo lo primero es que cambiemos nuestra propia percepción sobre los migrantes y refugiados.
El presupuesto para que el Pacto Mundial sobre Migración pueda dar resultado es que encuentre apoyo en los ciudadanos, que –con una nueva mirada– aceptemos la llegada de los migrantes y los acojamos como una riqueza humana y cultural, sin reducirlos a la imagen de mera mano de obra.
@FeyRazon    lfvaldes@gmail.com
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com

Sucede lo mismo 2>

Anunciación.- Yo tampoco, de verdad. Y no solamente porque ya no existe el mínimo de credibilidad indispensable para que un mortal simple y de a pie como yo, como tú, pueda creer en algo que, de por sí, ya sabemos que viene amañado, en doble sentido o en el mejor de los casos, envuelto en una atracción endulzada y apócrifa dispuesta para engañar a nuestros sentidos. Es como si tu destino te estuviese literalmente albureando. 

No. Pero tampoco puedo negar el efecto rabiosamente hilarante que ya nos produce esa marea de carteleras en las calles y carreteras, electrónicas en las redes sociales, que contienen una publicidad que solamente representa una forma más en que los arrebatos del poder y la prisa por descalificar a los adversarios se manifiesta: “Me urge ser presidente”, “mantener la hegemonía de mi grupo”, “allegarle a los míos la posibilidad de sentirse aristócratas sin haber trabajado, hecho inversiones ni creado una industria”… Todo ello envuelto en los proverbiales “acabaremos con la corrupción”, “seguridad para todos”, “renta universal”, “confiabilidad para los empresarios”, “fin al dispendio de los partidos políticos” –de los cuales apenas ayer renunciaron-, “la mafia del poder”, el diagnóstico acertado de los problemas nacionales (que son los mismos cada cambio de sexenio) y de las audaces y brillantes soluciones que ahora sí, cambiarán la historia para siempre.

La publicidad maligna, sucia, subrepticia, cara, ofensiva y, sobre todo, injusta -seguramente un político de respeto o un “empresario” ligado a la política, de prosapia y abolengo, podría calificarla así y de otras seiscientas maneras cuando se trata del adversario-, inunda de manera creciente ciudades, postes, aeropuertos y la pantalla de tu teléfono inteligente, vaya de tu Youtube, de tu partido de fútbol de los domingos.

Lo puedes contemplar en su fulgurante color rojo, o el azul y o el amarillo –politizando o desgraciando hasta nuestro sentido cromático-, en todos sitios, tan diversos como Xalapa, Apodaca, Misantla, Torreón, Santiago Papasquiaro, Hunucmá, Huimanguillo, Acajete, San Andrés Mixquic, Reynosa, Salsipuedes, Tres Marías o la Marquesa, en fin, convocándote a regalar otra vez tu voto a cambio de un currículum exagerado, un discurso fantasioso y, con ello, tu porvenir por seis años más.

Como contrapartida, en una exhibición poco agraciada de lo que puede ser un baño de pureza forzado, los dirigentes aludidos o que se dan por aludidos, o los que ni eso, que son los destinatarios específicos ,o los que histriónicamente se hacen pasar por unos inocentes aludidos, acusan–ahora ya no desde el anonimato- y se duelen en público ante la ingratitud y la mala sangre de quien solamente desea descalificar gratuitamente al candidato que, ya solitario, se dirige imbatible a vencer a sus adversarios, en pos de la conquista de la máxima silla nacional del poder, el control y la rentabilidad personal.

De esto están llenos los diarios, ya lo sé, y te suplico no suspendas aquí la lectura, no pretendo aburrirte con más de lo mismo. No suspendas sin antes permitirme, a mí, decirte que no, que yo tampoco creo. Pero déjame explayarme, déjame decirte con comodidad, más a modo pues, eso en lo que yo tampoco creo, porque no pienses que verdaderamente he ocupado un minuto, una unidad de esfuerzo, de concentración, a considerar lo que los de la publicidad inundante quisieran hacernos creer o dejar de creer, que a fin de cuentas ya nos importa un pimiento, verás. ¡Tenga miedo de mis adversarios, son un gran peligro, vote por mí! ¡Patrañas!

Yo tampoco creo, y eso sí lo digo con la certeza que me da haber sostenido tu mirada en la calle, el pueblo, la procesión, la construcción, el campo o el transporte público, que tú, que yo, que nuestro vecino de enfrente tan ruidoso y pendenciero, que la señora que aún atiende su expendio de pan, el mesero, el repartidor en bicicleta, el bolero, el policía y el médico de la colonia; el chavo del CCH, los ancianos que padecen la segregación porque ya los hicimos estorbo o los niños sin esperanza; digo, no creo que todos estemos dispuestos a seguir contemplando desde la barrera cómo el toro de la ambición, el resentimiento, la voracidad y la intransigencia le pega tremenda cogida al matador del rumbo ciudadano, exponiendo sus vísceras al sol incandescente de una tarde que anuncia nuevamente, que, como dijo siempre mi entrañable amigo Fernando Sordo, citando un dicho navarro adoptado en su natal Llanes: “siempre que pasa igual, sucede lo mismo”.

Porque no me digas, apreciado lector, que todas estas peleas, bravuconadas, escándalos, revelaciones, y todo lo demás, tienen un milímetro de productividad, vaya, de utilidad práctica. Un milímetro de novedad, tampoco. No me digas que todo esto que sucede a ciencia y paciencia de quienes todos los días apretamos la barriga para sostener el lastre del barco que se nos hunde con sesenta millones de pobres, doscientos mil muertos con violencia en los últimos once años, corruptos cuya impunidad ya transfigura en el cinismo, resentimiento social explosivo, discriminación, feminicidios, trata y más trata; no me digas que los audaces discursos y descalificaciones personales y colectivas, las promesas vacuas y retóricas, los intentos se aparentar cultura elevada mascando francés o discurriendo sobre bel canto, las fotos con niños e indígenas, en fin,  van a dar crecimiento económico, estabilidad social, cultura y educación, seguridad, paz, y sobre todo, un provenir colectivo en el que cada quien pueda ejercer sus libertades para tener lo que quiso, para ser quien decidió ser, con dignidad y pundonor.

Yo no creo que un país pueda seguir contemplando a una élite tránsfuga, una minoría que ocupa recursos públicos para alimentar su imagen y ego, limpiar su nombre de las fechorías realizadas, arrebatar el poder y mantenerlo por generaciones, mientras unos se mueren de disentería sin diagnóstico, señoras tienen que parir en una banqueta, otros pierden la vida a manos de un adicto a la violencia, a la impunidad, o por ser diferentes, o la pierden por no recibir educación que les abra una oportunidad para oficiar de otra cosa que no sea de desheredados, y otros, los más, nacen inconscientes de que aquí, aquí, todo será igual al infortunio de sus antepasados en tanto siga pasando exactamente lo mismo.

Twitter: @avillalva_
Facebook: Alfonso Villalva P.