All Posts By

Soporte

Francisco en Chile, ¿éxito o fracaso? 2>

Anunciación.- Francisco realizó una visita apostólica muy especial a una “Iglesia herida” por escándalos mediáticos, en la que ha disminuido la participación de los fieles. ¿Qué podía hacer el Papa para revitalizar a la Iglesia chilena?  

1. Un viaje complicado. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, declaró unos días antes de que el Papa Francisco comenzara su visita a Chile y Perú: “No va a ser un viaje fácil”.
Según la cadena alemana Deutsche Welle (DW), “los casos de pederastia y la incapacidad mostrada hasta ahora por la jerarquía católica para acabar con esta lacra han abierto una herida en la relación de muchos chilenos con la Iglesia”. (dw.com, 18 ene. 2018)
Otros analistas, en cambio, destacaron que la falta de entusiasmo por la visita fue generada por la política interna y por los partidos, “todos en crisis de credibilidad”, porque temían que el Papa mencionara el tema de la muy larga controversia entre Santiago y La Paz con respecto a la solicitud de esta última de una salida al Pacífico. (Vatican Insider, 3 ene. 2018)

2. Violencia contra la Iglesia. La visita del Papa generó protestas por parte de grupos laicos e indígenas, así como de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes. El viernes 12 de enero, grupos no identificados atacaron cuatro iglesias católicas en Santiago de Chile y dejaron amenazas al papa Francisco.
Por su parte, las autoridades manifestaron su desacuerdo con los ataques. La Presidenta chilena, Michelle Bachelet, pidió que el Pontífice sea respetado, mientras que el Presidente electo, Sebastián Piñeira, pidió al pueblo recibir al Papa “con alegría y con paz”. (BBC.com, 12 ene. 2018)

3. Sintonía con la nueva generación. Fue muy llamativo que hubiera miles de jóvenes que participaron como voluntarios en la organización y desarrollo de la visita apostólica, pues antes del viaje papal los medios más bien parecían reflejar desinterés por parte de la juventud.
Francisco tuvo un evento masivo con los jóvenes, a los que se dirigió en términos muy usuales para ellos. Al hablarles de las dificultades de la vida, cuando se quedan “sin conexión” o cuando se quedan “sin batería”, les recordó cuál es “la contraseña” para conectarse Dios: hacerse la pregunta “¿qué haría Cristo en mi lugar?”

4. Por una Iglesia cercana a la gente. Un momento especial de la visita fue cuando el Papa manifestó su “dolor y la vergüenza ante el daño irreparable causado a niños por parte de los ministros de Iglesia”. Horas más tarde, el Pontífice se reunió en privado con varias de estas víctimas.
Al igual que en muchos países de mayoría católica, en Chile se suele confundir la Iglesia con la jerarquía (los obispos y sacerdotes) como si los fieles laicos no fueran parte de ella. Por eso, Francisco les recordó a los clérigos que no forman una élite, sino que ellos también son parte del santo Pueblo fiel de Dios.
El Pontífice explicó que la misión cristiana “es de toda la Iglesia y no del cura o del obispo”, y aclaró que los fieles laicos no peones, ni empleados de los sacerdotes, y que por eso no tienen que repetir como “loros” lo que dicen los miembros de la jerarquía.

Epílogo. Aunque algunos comentaristas atribuyen sólo a los obispos la lejanía entre las autoridades de la Iglesia chilena y la gente, en realidad, se trata de una crisis global de descristianización que también ha afectado a Chile.
A pesar de que algunos medios locales, basados sólo en la escaza asistencia a los eventos de Temuco e Iquique, consideran que ese viaje apostólico fue un fracaso, la aportación de Francisco a los católicos chilenos ha sido muy grande, pues les planteó una renovada visión de la relación de los obispos con los fieles y dio un nuevo impulso a los creyentes que pertenecen a la llamada generación digital.

@FeyRazon    lfvaldes@gmail.com
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com

Esa mano cálida 2>

Anunciación.- “Los servicios de navegación aérea han perdido contacto con el aparato”. Esa frase, así de lacónica y lapidaria, parece tomar un impulso multiplicador cada vez que los titulares de los diarios impresos y electrónicos; en el proverbial “breaking news” de CNN, Al Jazeera, etcétera, y, desde luego, en las redes sociales, dan cuenta de un accidente aéreo, de un proverbial avionazo.  

Es una frase devastadora que solamente puede anunciar una cosa: muerte. La muerte repentina, ruidosa y multitudinaria dentro de una cápsula presurizada que se desplaza a casi mil kilómetros por hora, a treinta mil pies de altura, y que contiene promedios de cientos de vidas e historias humanas con su cinturón de seguridad cómodamente ajustado.

Imagino que la muerte allí dentro debe tener tonalidades terroríficas que señalan los últimos segundos de la trayectoria de cada pasajero y miembro de la tripulación. La referencia imaginaria nos la proporciona Hollywood, desde luego, para aproximarnos a lo que puede ser la experiencia de esos segundos infernales en los que se consume, drástica e irremediablemente, todo lo que cada uno de los cientos de tripulantes consideraba que pudo ser, y no será, jamás, el resto de sus vidas.

Apesadumbrados por la tragedia y el impacto de las imágenes de los accidentes aéreos, asumiendo el duelo solidario por los niños y mayores que perecieron, y por sus deudos que son cegados de una parte animada de su existir, así de pronto y sin notificación previa, nos queda a los espectadores también esa reflexión ordinariamente prescindible para la mayoría, del momento de nuestra propia muerte…, de sus circunstancias.

Es muy probable que Usted, yo, y muchas de las personas que ya cruzamos esa línea de edad en la que los signos en las paredes y los resultados de análisis de laboratorio nos llevan a reconocer que la inmortalidad no está en nuestras entrañas, hayamos imaginado, en consecuencia, unos con mayor claridad o con mayores detalles explícitos, cómo será la circunstancia de nuestra propia muerte, o cómo quisiéramos-deseáramos- que ésta se presentara el día que nuestra fecha de caducidad se vuelva exigible.

Y es muy probable también, que en ese cálculo de particularidades que podemos anticipar donde la extremaunción será nuestro último acto solemne certificado por un tercero, estén considerados los allegados, los parientes más cercanos, los amigos entrañables. Todos haciendo alguna especie de valla de honor, de cortejo de despedida, de cónclave certificador de la utilidad práctica de nuestra existencia que allí termina. De mano amiga, vaya, que reconforte con su calidez ante el final de todos los finales. Ante la sentencia definitiva que no admite apelación.

Es probable que así anticipemos usted y yo, y la mayoría de nuestros colegas, el momento preciso de terminar nuestro paso terrícola y transitar a formar parte de las entrañas de la madre naturaleza. Ciertamente. No obstante, como en materia de las cuestiones mortales no nos toca decidir ni a usted ni a mí, imagine que existe esa otra forma de morir, esa alternativa de perecer en una cápsula enfurecida desplazándose a mil kilómetros por hora, dentro de una cofradía de personas ajenas, distantes y disímbolas, que en ese preciso momento recuperan un común denominador: compartir juntos los últimos segundos de su existencia o la experiencia humana final, antes de morir.

Y no es una cosa menor, mire usted, en este entorno en el que vivimos, en el que pensamos que nuestra existencia es la única importante, que nuestra vida e ideas valen más que las ajenas, en la que los demás no son un referente para entender el éxito y el progreso de nuestra individual existencia, en la que los problemas y flagelos de otros parecen venirnos guangos en la medida que no se atraviesen con nuestra efímera felicidad proveniente de la cultura fitness, el juego electrónico en los teléfonos inteligentes, los escándalos sentimentales de las estrellas de rock y del deporte, el hábito de descalificar y criticar, o el plan de fin de semana.

Así es, y no hay remedio. En el momento en el que la torre de control pierde contacto con el artefacto, cada pasajero, aun sin saberlo, está ante una colectividad que compartirá el momento culminante de su obra de vida. Buena, mala, mediocre o sobresaliente, que da igual. Está ante los últimos rostros humanos que jamás verá, ante los últimos ojos que jamás le verán, inmerso en los olores que por última ocasión dan testimonio de vida y acción biológica. Está, vaya, ante la prueba irrefutable de que al final, indefectiblemente, era verdad: todos importan.

Así es que la próxima vez que aborde un avión, yo recomiendo: sea amable con la azafata y sonría a su compañero de asiento. No sé, y toco madera, y asumo todas las acciones de superstición que para el caso estén disponibles…,pero no vaya a ser que cualquiera de ellos posea esa tan soñada y valorada mano cálida que, en un trance inesperado, nos brinde ese último instante de contacto humano que haga menos pueril y desolador nuestro encuentro con el destino…

Twitter: @avillalva_

Facebook: Alfonso Villalva P.

LA “CUESTA DE ENERO” Y LA FORTALEZA 2>

Anunciación.- Comienza la llamada “Cuesta de Enero” y no faltan personas que se quejan que les resulta difícil y costoso recomenzar las labores cotidianas después de unas vacaciones con tantas fiestas, viajes y festejos. 

Pero el quehacer humano es lo habitual, lo ordinario. Es el trabajo fecundo y creador fuente de sustento de la propia familia y de la ilusión profesional.  El entusiasmo por realizar las actividades diarias comienza por ser como una poderosa fuerza motivadora y termina convirtiéndose en ese dinamismo operativo avasallador, caracterizado por una firme determinación de acometer las metas fijadas para el nuevo año que comienza.

Pero para ello se requiere ejercitar la fuerza de voluntad. Determinarse es querer con hechos y de verdad. La persona debe vencer la pereza, la desgana, la dispersión, las inclemencias del tiempo, las enfermedades, los achaques y todos los obstáculos que se puedan presentar en el devenir de la existencia humana.

La firme voluntad, entonces, es el centro de la personalidad. “Un hombre que quiera tener una cabeza de hielo y los brazos de hierro –escribe Rafael Llano Cifuentes- debe primeramente tener una voluntad de acero”.

Y es que la forja de la personalidad gira en torno a la fortaleza que ayuda eficazmente a crecer en virtudes y vencer los propios fallos o defectos. No caben las actitudes inseguras, tímidas o susceptibles.

Quien no tiene cimientos firmes cae en lo que se denomina la conducta “camaleónica”. Es decir, ese tipo de personas fácilmente vulnerables, que se rinden a la primera adversidad y que se acomodan a la situación del ambiente laboral o social. Con esta actitud, justifican su falta de resultados o su apatía en el trabajo con la cómoda excusa de que “todo el mundo hace lo mismo”. El mimetismo es el arma que los protege de su fragilidad.

¿Cuál es el motor que mueve los grandes ideales de la existencia humana? El amor. Es preciso levantar el corazón, elevándolo por encima de ese mundo puramente emocional. Es necesario dar al corazón un amor grande, que supere los egoísmos, hasta llegar a ese amor que se resume en realizar las cosas por amor a Dios, a la familia, a los demás, a la institución o empresa en que se labora, a la comunidad en que se vive, a la Patria…

Fortaleza, constancia, determinación, paciencia para superar las dificultades y coraje para vencer las adversidades son conceptos inseparables para enreciar el carácter y tener una personalidad firme, congruente y definida. Sólo así se consiguen los nobles ideales de la vida.

1 de julio, prohibido equivocarse 2>

Anunciación.- El próximo domingo 1 de julio será el día más importante de la historia moderna de México, ese día serán las elecciones más grade que jamás se haya llevado a cabo en el país; en un solo día 87.8 millones de mexicanos podremos salir a votar, de los cuales más de 10 millones lo harán por primera vez. Ese día los mexicanos decidimos nuestro futuro: 3,400 cargos en disputa: presidencia, senado, diputaciones, 9 gubernaturas, entre otros. 

Si echamos un vistazo atrás podremos ver lo caro que nos ha costado elegir mal. En elecciones del pasado las mayorías equivocadas nos han hecho perder mucho, retroceder y hasta soportar gobernadores ladrones, diputados y senadores irresponsables e incluso presidentes que han dejado mucho que desear.

Que nadie se equivoque. Candidatos, partidos, medios de comunicación, INE y ciudadanos debemos estar muy atentos para no incurrir de nuevo en errores.

El juego se llama responsabilidad.  Algo podemos lograr si los candidatos dejan de presumir lo que no son y ocultar lo que son, si dejan de comportarse y hasta bailar como si fueran una sopa o un perfume, si en vez de criticar hacen propuestas serias, nos ayudan a acertar en la elección.

Responsabilidad también para los líderes de opinión, influencers, medios y encuestólogos para que sean honestos, ponderados y profundos en sus opiniones, no puede un columnista del @El_Universal_Mx por ejemplo, titula su artículo “A Meade le falta confianza en sí mismo” y hablar después de un tema trillado y mal argumentado.

No siempre será posible, sin embargo, que algunos medios sigan y defiendan a capa y espada a sus candidatos y ataquen a quienes no prefieren, o que aparezcan encuestas a modo y que algunos influencers bajo tarifa apoyen a sus clientes.

Responsabilidad también por parte del @INEMexico cuyo fundamental reto es que la gente salga a votar con un voto razonado, si no logra que voten más del 65% del padrón, habrá fracasado.

Serán inevitable también que algunos candidatos cometan –conscientes o inconscientemente- errores, algunos de ellos tan graves y mentirosos como los del @lopezobrador prometiendo dinero a diestra y siniestra o los de un @JoseAMeadeK  que insiste en seguir funcionando en “modo” PRI o un @RicardoAnayaC pensando tratando de alcanzar lo inalcanzable.

Candidatos, partidos y medios podrán cometer errores, incluso equivocaciones graves y aun así podríamos salvar el sexenio,porque la responsabilidad fundamental en ese día,  y solo en ese día, va a recaer únicamente en los ciudadanos, en los votantes.

Lo importante es que usted el día 1 de julio no cometa errores y no lo hará si considera desde hoy este decálogo
1.      Confié e su percepción.
2.      Googlee a los candidatos.
3.      Piense en su futuro y en el de su país. Decida racionalmente no se deje llevar por las emociones.
4.      No olvide que un presidente necesita sobre todo experiencia, honestidad y salud.
5.      Investigue el pasado del candidato.
6.      No olvide que La corrupción está en todos partidos, no en los candidatos.
7.      Vale más la persona que el partido.
8.      Vea y analice los debates, serán 3.
9.      Analice el círculo más cercano de los amigos de su candidato.
10.   Conozca cómo piensa en los temas torales del país: educación, seguridad, pobreza, honestidad, familia y crecimiento económico.